Fiel guardiana de esencias y secretos, esta caja redonda de aluminio de 100 ml se cierra con una tapa de rosca firme y silenciosa, como un sello alquímico que preserva lo más valioso. Su estructura ligera pero resistente mantiene a salvo aceites esenciales, bálsamos, cremas, ungüentos mágicos o incluso pequeñas velas, protegiéndolos de la luz y la humedad.
El aluminio, noble y duradero, actúa como escudo frente al paso del tiempo, mientras su acabado sobrio y elegante la convierte en un recipiente digno de un boticario moderno o de un maestro artesano. Ideal para creaciones personalizadas, rituales de viaje o cofres de regalo que merezcan un envoltorio a su altura.
En la alquimia de lo cotidiano, incluso los recipientes tienen alma.
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